TAIZÉ

Textos bíblicos comentados

 
Las «meditaciones bíblicas» son propuestas para sostener la búsqueda de Dios en el silencio y la oración. Se trata de dedicar dos o tres horas para leer en silencio los textos bíblicos que se sugieren y que van acompañados de un breve comentario y algunas preguntas. Más tarde, reunidos en pequeños grupos en casa de uno de los participantes, se comparte brevemente lo que cada uno cree haber descubierto, pudiendo eventualmente finalizar el encuentro con un tiempo de oración.

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2025

julio

Miqueas 6, 6-8 Camina humildemente con tu Dios
«¿Con qué me presentaré al Señor y me inclinaré ante el Dios excelso? ¿Me presentaré con holocaustos, con terneros de un año? ¿Le agradarán al Señor mil bueyes, miríadas de ríos de aceite? ¿Le ofreceré mi primogénito por mi falta, el fruto de mis entrañas por mi pecado?». Hombre, se te ha hecho saber lo que es bueno, | lo que el Señor quiere de ti: tan solo practicar el derecho, amar la bondad, y caminar humildemente con tu Dios.

A veces parece que vivimos en un mundo tembloroso en el que cada paso es incierto. El primer capítulo del libro del profeta Miqueas encuentra palabras para describir estas experiencias: parece como si «los valles se abrieran, como la cera ante el fuego, como las aguas que se derraman por un lugar escarpado». En el capítulo sexto del libro de Miqueas, la reacción ante este temblor de los cimientos es, en un principio, una gran actividad, el comprensible intento de encontrar algo que hacer, de sobrellevar la situación. Casi parece agitado, exagerado. Pero luego el texto se calma. La narración se detiene y nos lleva a este espacio de tranquilidad: «Él te ha dicho, oh mortal, lo que es bueno; ¿y qué pide el Señor de ti, sino que hagas justicia, y ames la misericordia, y camines humildemente con tu Dios?».

«Él os ha dicho lo que es bueno». Al oír esto, quizá esperéis una lista. Una lista que solo tenéis que seguir para hacer el bien y entonces el mundo parecerá manejable y un poco menos amenazador. Lo que viene a continuación no es una lista (aunque pueda parecerlo), sino un estímulo. Un estímulo que nos invita a seguir adelante, a adentrarnos en el texto, en el espacio que el ritmo tranquilo del texto ha abierto.

En primer lugar: «Hacer justicia». Al adentrarse en este espacio que abre el texto, no se bloquea el mundo. Más bien se reconoce lo que es justo y cómo tomar en serio la justicia. Hacer justicia significa saber cuáles son los derechos más fundamentales, sin los cuales no es posible la convivencia. Yo añadiría: defender lo que es justo también significa reconocer y señalar las injusticias, aunque no sea fácil reconocer la injusticia y soportar el hecho de que haya personas que hayan sufrido un trato injusto.

A continuación: «Amor bondadoso, amor chesed». El término hebreo chesed es difícil de traducir. Bondad, sí, pero una bondad que no es solo amable, educada y agradable, sino una forma de solidaridad y compromiso con la vida comunitaria. Me la imagino como una bondad áspera y afilada, que se enfrenta a la desesperación del mundo y a nuestra propia desesperanza. Es una bondad que se atreve a imaginar espacios en los que se puede vivir el chesed, en los que la solidaridad es posible, y a luchar por ellos.

Por último: «Y camina humildemente con tu Dios». ¿Cómo podemos imaginar tal idea: caminar con Dios, viajar con Dios? En el texto hebreo, se utiliza la palabra tsanaʹ para describir este caminar. Es una palabra ambigua: puede interpretarse como humilde, pero también como considerado, atento, reflexivo, tranquilo, perspicaz, consciente. Yo lo entiendo como: no solo caminar, seguir adelante, sino reflexionar sobre este viaje y buscar continuamente imágenes de cómo se siente este viaje.

Además, yo interpretaría que hay un viaje oculto en el propio texto. Puedes recorrer este versículo una y otra vez, avanzando y retrocediendo: Camina tranquilamente con tu Dios. Y ama la bondad. Y haz lo correcto. Y ama la bondad. Y camina tranquilamente con tu Dios. Una y otra vez. El viaje continúa, y nosotros lo acompañamos y lo vivimos tanto como lo moldeamos.

Entiendo el viaje reflejado en el texto de esta manera: en aquellos momentos en los que es difícil seguir caminando con Dios, puede ser suficiente reconocer lo que es justo, nombrar la injusticia, logrando crear espacios de bondad para mí y para los demás. Y viceversa: si no sé cómo seguir adelante y cómo mantener la esperanza en la solidaridad, en la bondad, en la justicia, en cualquier cosa: entonces puede que haya un indicio de que incluso los caminos sinuosos de la vida tienen su propósito.

- ¿Cómo imagino «caminar con Dios»? ¿Qué imágenes, palabras, historias... encuentro para este camino?
- ¿Qué ejemplos de bondad solidaria en este camino puedo compartir?
- ¿Cómo podemos crear espacios (en la Iglesia y fuera de ella) en los que se haga justicia y se reconozca la injusticia?

Dra. Katharina Opalka (Esta meditación se impartió por primera vez a los participantes en la Semana de refelxion para jóvenes de 18 a 35 años celebrada en Taizé en agosto de 2024)



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Última actualización: 1ro de julio de 2025