Por mi pueblo no callaré ni descansaré hasta que su justicia llamee como antorcha . Los pueblos verán tu justicia, te pondrán un nombre nuevo, | pronunciado por la boca del Señor.

El apóstol Pablo escribe: Esto es lo que pido a Dios en mi oración: que vuestro amor crezca más y más en conocimiento y en toda clase de percepción, para que sepáis apreciar lo que vale más.

Ahora, muertos a lo que nos tenía prisioneros, hemos sido liberados de la ley de modo que podamos servir a Dios en la novedad del Espíritu.

Jesús dice: Salió el sembrador a sembrar. Algunas semillas cayeron en tierra buena y dieron fruto: uno cien, otro sesenta, otro treinta. El que tenga oídos para oír, que oiga.

El apóstol Pablo escribe: Os hago saber, que la Buena Noticia que os anuncié no es de origen humano; yo no la recibí ni aprendí de un hombre, sino que me la reveló Jesucristo.

Durante la última cena con sus discípulos Jesús les dijo: Si yo, vuestro Maestro y Señor, os he lavado los pies, lo mismo debéis hacer vosotros unos con otros.

Sacaréis agua con gozo de la fuente de la salvación y diréis: «¡Dad gracias al Señor, invocad y anunciad a los pueblos sus maravillas!»

Jesús desenrolló el rollo del libro del profeta y encontró el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para anunciar la Buena Noticia a los pobres; me ha enviado a proclamar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos.