TAIZÉ

Textos bíblicos comentados

 
Las «meditaciones bíblicas» son propuestas para sostener la búsqueda de Dios en el silencio y la oración. Se trata de dedicar dos o tres horas para leer en silencio los textos bíblicos que se sugieren y que van acompañados de un breve comentario y algunas preguntas. Más tarde, reunidos en pequeños grupos en casa de uno de los participantes, se comparte brevemente lo que cada uno cree haber descubierto, pudiendo eventualmente finalizar el encuentro con un tiempo de oración.

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2025

febrero

Isaías 11:1-11: una promesa de paz
Pero retoñará el tocón de Jesé, de su cepa brotará un vástago
sobre el cual se posará el Espíritu del Señor:
espíritu de sensatez e inteligencia,
espíritu de valor y de prudencia,
espíritu de conocimiento y respeto del Señor.
Lo inspirará el respeto del Señor.
No juzgará por aparienciasni sentenciará sólo de oídas;
juzgará con justicia a los desvalidos,
sentenciará con rectitud a los oprimidos;
ejecutará al violento con el cetro de su sentencia
y con su aliento dará muerte al culpable.
Se terciará como banda la justicia
y se ceñirá como fajín la verdad.
Entonces el lobo y el cordero
irán juntos, y la pantera se tumbará con el cabrito,
el novillo y el león engordarán juntos;
un chiquillo los pastorea; la vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas, el león comerá paja como el buey.
El niño jugará en la hura del áspid,
la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo,
porque se llenará el país de conocimiento del Señor,
como colman las aguas el mar.
 
Aquel día la cepa de Jesé
se izará como enseña de los pueblos:
a ella acudirán las naciones y será gloriosa su morada.
Aquel día el Señor tenderá otra vez su mano
para rescatar al resto de su pueblo: a los que queden en Asiria
y Egipto y en Patrós, en Nubia y en Elam,

El capítulo anterior anunciaba la destrucción de Jerusalén por los asirios. El profeta se pronuncia contra los que prescriben leyes perversas (10:1), la riqueza y la explotación de los pequeños de la tierra. Por eso el capítulo termina con el anuncio de la caída de los de «alta estatura» y de que los «más altos serán abatidos». El majestuoso Líbano cae: el cedro ya no puede sostenerse en pie.

Así que esto nos prepara para la conversión y la palabra de esperanza que se da en el capítulo 11. Después de toda esta destrucción, Dios va a hacer algo nuevo. Aunque al pueblo le esperan largos años de exilio, se irá con una palabra que da vida.

La promesa aquí es que Dios permanecerá fiel a la casa de David. El gran cedro del Líbano ha caído, pero aquí crecerá una rama -probablemente muy frágil- de la cepa de Jesé, el padre de David, cuyas raíces permanecen firmes. Y es Dios quien lo elige, quien pone su Espíritu sobre él como antes. Y es hermoso, tendrá todo lo que necesita para restablecer el reinado de Dios. El pueblo vive a la expectativa.

Los últimos versículos nos dan una imagen de paz inmensa. Paz en la creación entre los animales, entre las personas y los animales, entre las personas y Dios. Son los pequeños, el niño y el bebé, el niño pequeño, los que desempeñarán papeles importantes en esta nueva vida. Una reconciliación entre enemigos tradicionales, una inversión del equilibrio de poder y la bienvenida de Dios a la paz para todos en su montaña sagrada. Todas estas cosas juntas nos acercan a Dios, nos permiten entrar en su intimidad.

- En las complejidades de nuestras vidas, ya sean personales, familiares, comunitarias, sociales o eclesiales, ¿dónde veo esperanza? ¿Qué palabras de esperanza he recibido recientemente? Da gracias.
- Nuestra esperanza y expectación nos dirigen hacia Jesús. En los vv1-5, ¿qué vínculos veo con Jesús? ¿Qué belleza descubro en él?
- ¿Quiénes son esos pequeños que me conducen hacia el conocimiento de Dios? ¿Cómo puedo unir esas partes de mí mismo que a menudo están en guerra entre sí?



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Última actualización: 1ro de febrero de 2025