TAIZÉ

Breve meditación del día

 
  
22 de febrero de 2019
Entre los cristianos de Oriente, hay quienes se apegan a la oración del Nombre de Jesús. Para algunos, repetir una y otra vez ese sólo nombre, «Jesús», colma una comunión. Otros cristianos, a lo largo del mundo, rezan hasta el infinito con muy pocas palabras: «Cristo Jesús, no dejes que me hablen mis tinieblas, haz que acoja tu amor.» O bien dicen esta antigua oración: «Que nada te turbe, sólo Dios basta.» O incluso, rezan diciendo: «Una sed llena mi alma, abandonarlo todo en ti, Cristo.» Y se apacigua una espera.


Taizé - Meditación cotidiana
Tomado del libro:
En ti la Paz - Meditaciones para cada día del año hno. Roger, ediciones San Pablo